La legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
declaró con fuerza de ley n° 4796/13 al año 2014 como
“Año de las letras Argentinas”, en conmemoración del
centésimo aniversario de los nacimientos de Julio
Cortázar y Adolfo Bioy Casares, si bien este último fue
recordado, mayor trascendencia se dio a Cortázar, tal
vez porque este fue uno de los escritores del “boom
latinoamericano”.
Muchísimas actividades se desplegaron en la Ciudad,
charlas en el café Tortoni, reediciones de conferencias
de Cortázar por diversos medios gráficos y televisivos,
stands especiales en la Feria del libro, etc. En el
marco de este reconocimiento en el Museo del Libro y de
la Lengua de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Av.
Las Heras 2555) “Rayuela una muestra para armar” puede
visitarse hasta noviembre.
Dijo Mario Vargas Llosa “En los libros de Cortázar juega
el actor, juega el narrador, juegan los personajes y
juega el lector obligado a ello por las endiabladas
trampas que lo acechan a la vuelta de la página menos
pensada”, está exposición da cuenta de lo lúdico
propuesto por Cortázar en toda su obra.
Es una muestra, una rayuela, armada para jugar o mejor
aún para que el visitante la arme jugando, desde el
subsuelo hasta el segundo piso, recorriéndola de
distintos modos: siguiendo la lógica del espacio o como
propone el gran tablero de inicio, invitándolos a
realizar su propio recorrido, su propia experiencia.
Es para destacar el trabajo del equipo de realización y
producción de “Rayuela una muestra para armar”,
excelente las instalaciones culturales, la selección
bibliográfica que compone el sector “El otro cielo”, la
curaduría de Jazz y la de Cine.
También la muestra se refiere a Rayuela como la
literatura que “puso ante una generación joven y
angustiada una serie de interrogantes y de posibles
aperturas que tocaban en lo más hondo la problemática
existencial de América Latina”.
La tecnología presente en la exposición invita a jugar
recreando a la maga, o a la búsqueda del significado de
la palabra elegida (juego del cementerio) en una
computadora que la imprime como suvenir de la muestra.
Personalmente me movilizaron las colecciones formadas
por las primeras ediciones de los libros de este autor y
las cartas manuscritos de puño y letra que se pueden
apreciar en las vitrinas o escaparates de los “Kioscos”,
o la voz de Cortázar explicando cómo escribió Rayuela.
En síntesis esta “Rayuela una muestra para armar”, es
una muestra para andar y desandar del cielo a la tierra
y viceversa, como la lleven sus pasos o la emoción y el
placer que provoca cada sector al ser descubierto.
Por Susana Martino